Una mirada fría. Eso era cuanto ella podía ofrecer. Sentimientos vacíos y un sinfín de gestos y acciones que para ella no valían nada. Ya no era capaz de sentir, de compartir sus miedos con nadie. Ya no sabía amar, pues el dolor la había marcado. ¿Cómo volver a confiar? En ocasiones los golpes que recibimos nos hieren pero podemos volver a levantarnos, en cambio,otras veces nos marcan. Nos marcan de tal modo que nos hacen cambiar; algo dentro de ti da un giro, se cierra una puerta y pese a que cualquier llave encaje en la cerradura, ninguna puede abrirla.