¿Recuerdas cuando eras pequeño y no querías comer? Te intentaban hacer creer que la cuchara con el puré de verduras era... un avión. De hecho creían que lo único que le faltaba para ser verosímil era el sonido del motor. Y ahí les veías haciendo el BRRRRRRRR. Además, te hacían responsable de la buena alimentación de toda tu familia: "Esta por papá. Esta por mamá. Esta por la tita..." O sea, tenías que comer tú por todos. ¿O cuando para conseguir que nos durmiésemos se inventaron las nanas? La música era apropiada, pero fallaban en la letra, como ésa que decía: "Duérmete niño, duérmete ya, que viene el Coco y te comerá..." Y tú pensado: "¿Cómo? ¿Qué va a venir quién? Después de la información que me acabas de proporcionar... ¿tú quieres que yo me duerma?" Así que te pasabas toda la noche con los ojos como platos, no fuera a ser que le diera por aparecer al maldito Coco... Así al menos si venía te pillaba despierto. 
Y como conclusión, la frase con la que los padres ponían fin a todas nuestras preguntas: "Mamá ¿Por qué los chicos son tan raros?" "Hija, cuando seas mayor lo entenderás..." 
Pues también en eso nos mintieron.