Puede que sea insoportable, que a veces no pueda parar de gritar y tenga ganas de romper cosas, o tirar la pared. Vale sí, a veces soy así; también puedo llegar a tirarme en la cama y estar dos horas pensando cosas absurdas, o simplemente volar a algún lugar por medio de mi estúpida imaginación. También suelo ser impertinente y contestona, a veces nadie me entiende y me encierro.
Pero también tengo cosas buenas, me encanta despegar el velcro, y cantar con la música a todo volumen, o ponerme los auriculares e ir andando como si fuese un videoclip.Me gusta soñar, pensar, bailar...
Me encanta reír, pero no llorar; al menos si no es de alegría. Me gustan los escalofríos y ver como se me pone la piel de gallina, me gusta que me toquen el pelo, y que me toquen con el dedo la nariz como si fuese una niña pequeña, y después ponerme como un tomate.
Me gusta que me pregunten cosas, y más si sé contestarlas. Me gusta estar con mis amigos y olvidarme de todo. Odio la época de exámenes, que me manden y que me incordien y adoro las vacaciones.
Me encanta el mundo, mi mundo.
Antes, ¿sabéis lo que costaba decir “te quiero”? Puf, una eternidad. Incluso había gente que no llegaba a decirlo nunca. ¿Ahora? Ahora le decimos te quiero hasta a las piedras. Y no, no tengo nada en contra de las piedras, pero sí que me molesta que esas dos palabras se hayan menospreciado tanto. Porque antes, significaban algo. Ahora conocemos a una persona y, ¡puf! a los dos días ya le decimos te quiero; y a los dos siguientes ni recordamos el nombre. Pero bueno, sigamos, sigamos así… que llegará un día en que ninguna palabra que salga de nuestras bocas sonará sincera ;)
Sé que juegas con la ventaja de que sabes todo lo que siento por tí, por eso juegas conmigo cuando quieres y como quieres. Sabes que me tendrás ahí siempre que tú quieras, porque si algo no puedo negar es que has sido una persona importante en mi vida y no he podido dejar de quererte; sé que voy a volver a caer en la misma piedra una y otra vez, y siempre será contigo, y hasta puede que esas caídas se repitan varias veces en un mismo día... Pero ¿Sabes una cosa? en el momento que estés tan seguro de todo esto, será cuando te lleves una gran sorpresa, porque me podré tropezar mil veces con la misma piedra, pero no olvides que cada vez que me levanto me hago más fuerte y cada vez esos sentimientos que tengo hacia tí disminuyen sin que tú puedas darte cuenta. Y cuando llegue el día, te aseguro que esta historia dará un giro de 180º y te tocará perder, te tocará sufrir por mi, porque me habrás perdido, y mientras tanto, yo jugaré contigo como lo estás haciendo tú ahora mismo, con la diferencia que por mucho que lo intentes luego, habrás perdido todas las oportunidades que estás teniendo ahora de estar conmigo...
La vida es hacer daño y gritarle a las personas que quieres, fallar a veces y saber pedir perdón. Tener las cosas claras y decidirte en el último momento si en verdad así lo quieres hacer. No dejar de hacer locuras. Jugar con fuego y quemarte.La vida está para vivirla. Caerás y creerás que ahí acaba todo. Y será horrible, y costará... Pero se sale.
Hay que estar atento a lo que te rodea, porque a veces, de repente, algo puede alegrar tu día. Eso que estás por escuchar no es una canción, es la voz de la nieve derritiéndose en agua pura. Fuera de mi ventana, solo veo coches que van a toda hostia, motos alocadas que dejan el tráfico atrás... Y con todo esto he aprendido una pequeña verdad: el mundo te quiere rápida para que llegues a tiempo; te quiere veloz para recordar solo el sonido de tu paso, y es por esto que cuando te acuerdas que no vas a ningún lado, ahí es cuando aceleras.
Cada vez que le veo acercarse, cuando distingo su sonrisa entre la multitud, cuando me mira y el resto del mundo desaparece, cuando oigo su voz y se me ilumina la mirada. Cuando estoy sola pero toda mi ropa huele a él, cuando me acaricia, me abraza, me guiña un ojo... Hasta cuando creo que está enfadado y tiemblo de miedo, en esos momentos, por una razón ilógica fuera de los límites de los razonamientos lógicos, la gravedad se disminuye poco a poco a mi alrededor y mi cuerpo se despega del suelo sin querer. Al principio me pasaba a veces, unas veces si y otras no, pero ahora... Nunca rozo el suelo, porque cada vez que pienso en él vuelo.
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