Y por fin hubo que crecer. Cuando eres una cria, eres tan ingenua que crees que se crece poco a poco. ¡Y una mierda!, es como un tortazo, ¡zas! Como el golpe de la rama de un árbol cuando alguien camina delante de ti por el bosque, o como cuando te dicen, se acabo, se acabaron los juegos.
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