Es tan fácil lastimarme... siempre fui tan frágil. Puedo romperme al lado de alguien y que ese alguien ni siquiera se de cuenta. Me miro y solo veo a una niña tonta, demasiado inocente, más de lo que debería estar permitido. La ingenuidad lastima. El creer que las personas no mienten, el creer que no solo buscan un provecho para ellos... lastima. Y ahora mis ojos lloran porque lo veo, en el fondo veo que solo me ultiliza. Y que realmente no significo nada para él, pero siempre hago lo mismo: dejar que caigan mis lágrimas. Y luego, olvidarlo y volver a confiar. ¿Por qué? ¿Por qué no aprendo a desconfiar? Por qué siempre le otorgo alas a mi corazón si después sé que va a terminar chocándose con el mismo muro una y otra vez... la realidad.

1 comentario:

  1. hay que aprender a no confiar tan rapido y mucho menos en todos u.u

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